viernes, 20 de noviembre de 2015
Manuel Ávila Camacho
EDUCACIÓN Y SOCIEDAD II
Manuel Ávila Camacho
1897 – 1955
INTRODUCCIÓN
Personaje que trascendió en la historia política de México, al crearse en su gestión como presidente de México, Instituciones que actualmente siguen vigentes como el SNTE, el IMSS, la STPS; fue integrando a su vida aquellos aprendizajes que le serían de utilidad en el futuro aprovechando las oportunidades que se le presentaban, a los catorce años se dedicó al comercio y desde los quince incursiona en la milicia, realiza estudio de preparatoria en la Escuela Nacional preparatoria en extra edad; de carácter apacible y a la vez firme para enfrentar sus responsabilidades, por su carácter se le llamó “el presidente caballero”.
Manuel Ávila Camacho, nació en Teziutlán Puebla y realizó sus estudios primarios en la misma ciudad, siendo adolecente ingresó al ejército. A la edad de 15 años se unió a las fuerzas maderistas (los que apoyaban a Francisco I. Madero). Su primer combate fue en 1914 cuando tenía 18 años de edad y luchó contra los revolucionarios que apoyaron a Victoriano Huerta en la Sierra de Puebla.
Es preciso saber que Manuel no estudió la universidad porque la Revolución Mexicana hizo muy difícil la situación en el país, sin embargo pudo terminar sus estudios de bachillerato en la Escuela Nacional Preparatoria.
En 1920 alcanzó el grado de coronel y obtuvo el cargo de jefe del estado mayor de Lázaro Cárdenas quien en ese entonces era jefe militar y gobernador del estado de Michoacán. Es importante saber que Manuel Ávila y Lázaro Cárdenas se hicieron muy buenos amigos.
En cuanto a su vida personal, se casó en 1925 con Soledad Orozco. Más tarde, en 1927 fue una de los militares que participaron en la pacificación de la rebelión de los cristeros en los estados de Michoacán, Jalisco y Guanajuato. Recordemos que los famosos “cristeros” fueron personas que tenían una cruz en su pecho y al momento de luchar gritaba en voz alta “Viva Cristo Rey”.
En 1929 luchó contra la rebelión escobarista bajo las órdenes del general Cárdenas. Cuando Álvaro Obregón era presidente constitucional de México, ascendió a Manuel a general brigadier en ese mismo año.
En las administraciones de Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez (entre 1933 y 1934) Manuel Ávila Camacho fue oficial mayor de la Secretaría de Guerra y Marina. Dos años más tarde obtuvo el cargo en la misma secretaría pero ésta vez fue titular desde 1936 hasta 1939 (durante la administración de su gran amigo Lázaro Cárdenas).
Poco después su vida dio un gran giro ya que después de que se le dio fin al conflicto contra los cristeros, Manuel Ávila Camacho se indujo a la vida política y ocupó algunos cargos importantes pero el de los más sobresalientes fue como Secretario de Guerra y Marina en 1938. (Más tarde dicho nombre cambio a “Secretaría de la Defensa Nacional”).
Antes de que Cárdenas concluyera con su administración se desató la carrera de la sucesión para lanzar a los candidatos que competirían por la silla presidencial. Los postulados por el Partido Nacional Revolucionario (PNR), lo que hoy en día se conoce como “Partido Revolucionario Institucional” fueron Manuel Ávila Camacho y Francisco J. Múgica. Y los que estaban en contra de Cárdenas postularon a Juan Andreu Almazán por el Partido Revolucionario de Unificación Nacional.
Afrontó serios problemas, provocados a nivel interno por las rivalidades políticas surgidas durante la campaña electoral, y en el exterior por las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, en la que México estaba forzado a comprometerse. Ávila Camacho siguió una política más moderada y centrista en lo económico.
La historia señala que Cárdenas decidió apoyar a Manuel Ávila Camacho porque era un militar centrado y preparado, moderado y trabajador que siempre demostró entrega y patriotismo por su país. A partir de 1940, con su ascenso a la Presidencia de México, la política educativa se propuso disminuir la carga ideológica en los planes de estudio, combatir la burocracia y el sindicalismo radical, unir al magisterio e incrementar la participación de la educación privada. El medio sería una reglamentación al artículo tercero constitucional y la instrumentación de una escuela a la que se denominó la escuela del amor. El propósito lo constituía la construcción de una política de equilibrio social.
Respondiendo al nuevo orden mundial, producto de la Segunda Guerra Mundial y al inicio de la Guerra Fría, el modelo educativo de 1945-52 tendió a fortalecer la unidad nacional: se enfocó a la homogeneización espiritual de los mexicanos. Mediante la educación se pretendía crear el tipo de hombre de trabajador y de técnico que exigía el desarrollo económico; esta pedagogía de la producción no se desarrolló plenamente sino hasta los años cuarenta y cincuenta, después que la Segunda Guerra Mundial generó un nuevo orden político-económico en el mundo entero.
El instrumento fue la llamada escuela de la unidad nacional. Aunque la educación todavía era socialista, la reglamentación cambiaba su finalidad de un instrumento transformador de la sociedad a una herramienta propiciadora de la unidad de los mexicanos. A través de todo esto, se pretendía que la escuela fuera el medio para borrar las desigualdades existentes mediante la enseñanza amorosa, construyendo la homogeneización espiritual que uniera a los mexicanos en una nación fuerte.
En México, la educación pública recibió los impactos de las teorías pedagógicas norteamericanas y de las alemanas, especialmente las representadas por Dewey, Natorp y Kerschensteiner, puede decirse que el periodo Ávila Camachista es la etapa de transición de la “escuela socialista” a la “escuela de la unidad nacional”, que tenía como principios: paz, democracia y justicia.
Y como toda etapa de transición supone cierto desequilibrio, la Secretaría de Educación Pública habría de sentir el desbalance que representaba el intento de conciliar las fuerzas en disputa. Prueba de ello nos lo da el clima conflictivo que imperó en la educación durante el sexenio de Ávila Camacho, el cual se tradujo en el cambio de los primeros secretarios de educación: Luis Sánchez Pontón (diciembre de 1940 a septiembre de 1941), Octavio Véjar Vázquez (1941-43), y Jaime Torres Bodet (1943-46).
En política exterior, en 1942, Ávila firmó un acuerdo ratificado por el Congreso de la Unión que permitía a los ciudadanos de México y Estados Unidos formar parte de las fuerzas armadas de uno u otro país, por lo que cerca de 15.000 mexicanos se alistaron en las fuerzas armadas del vecino del norte.
Ávila Camacho aprovechó este acercamiento coyuntural con el país vecino para resolver algunos asuntos pendientes: logró solucionar el problema de las indemnizaciones a las compañías petroleras (por la expropiación de 1938) y, llegó a un acuerdo favorable en lo referente a la deuda externa del país. A la vez, se firmaron acuerdos económicos para la producción de bienes y materias primas estratégicas (Dicho convenio fue que el gobierno de los Estados Unidos vendió la exclusiva de toda la producción exportable de materiales para la guerra y se comprometió a venderle a México productos necesarios para crear un amplio desarrollo industrial); durante su mandato se celebró en México la Conferencia Interamericana sobre los problemas de la guerra y la paz.
En el gobierno de Manuel se perdió la educación socialista y se creó el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE); se creó el Instituto de Capacitación para maestros en servicio; realizó una intensa campaña de alfabetización.
Es fundamental saber que la educación fue un punto clave para que se diera la unidad nacional, así como también ayudó a la economía del país porque desde que se creó el sindicato magisterial, se prepararon a muchos maestros para desempeñar un trabajo eficiente y productivo. El gobierno de Manuel Ávila Camacho creó más escuelas públicas y privadas en México, esto ayudó a que se diera un incremento en las instalaciones, actividades educativas y que aumentaran los niveles educativos.
– Creó el Centro de Cultura Superior.
– El Colegio Nacional.
– El Seminario de Cultura Mexicana.
– La Comisión de Investigación Científica.
- Se creó el Instituto Mexicano del Seguro Social (1943)
– Se creó el Hospital Infantil de México.
- El Instituto Nacional de Cardiología (1944)
*En obras públicas:
– Construyó más carreteras y así se interconectaron más ciudades importantes de México.
– Construyó más vías férreas en varios partes del país.
– Se ampliaron los servicios de correo y telégrafos.
– Se crearon más presas y canales de riego.
– Fundó la Secretaría de Trabajo y Previsión Social en 1941.
La historia de México señala que el presidente Manuel Ávila Camacho sufrió un atentado cuando estaba en el Palacio Nacional (lugar donde todos los presidentes del país trabajaban junto con su administración), resultó ileso porque llevaba puesto un chaleco antibalas debajo de su traje.
Cuando finalizó su sexenio, se retiró de la vida política.
Ávila Camacho fue una persona noble de buena voluntad y con un carácter fuerte. Fue tolerante ante todas las situaciones que se presentaron en su vida privada y pública, fue conciliador en su forma de gobernar y eso le ayudó mucho para concluir con los proyectos que creó como presidente; los mexicanos lo llamaron “el presidente caballero”.
Manuel pudo pacificar al país cuando se encontraba en una época muy difícil y conflictiva, aspecto que es y será siempre recordado y aplaudido por muchos mexicanos. Falleció el 13 de octubre de 1955, fue sepultado en su rancho de nombre “la herradura” en Huixquilucan, Estado de México. Mucho tiempo después sus restos fueron enviados al panteón francés de la Ciudad de México junto con los de su esposa Soledad Orozco.
CONCLUSIÓN
Manuel Ávila Camacho como hombre cabal e íntegro, logró crear un fuerte impacto en la vida política y económica del México al promover cambios en distintos espacios de su competencia que le permitieron fortalecer sus estrategias para lograr desarrollar un país con progreso y educación. Impulsa la pedagogía de la producción a través de la promoción de la escuela del amor o de la unidad nacional dejando de lado la escuela socialista promovida desde Lázaro Cárdenas.
MARIA DE LOURDES ROSALES HERNÁNDEZ
BIBLIOGRAFIA
Guevara Niebla, Gilberto. Democracia y educación. Cuadernos de Divulgación de la Cultura Democrática. México: Instituto Federal Electoral, 1998.
Chateau, Jean, dir. Los grandes pedagogos. México: Fondo de Cultura Económica, 1959.
Larroyo, Francisco. Historia comparada de la educación en México. México: Editorial Porrúa, 1986.
Solana, Fernando, Raúl Cardiel Reyes, Raúl Bolaños Martínez, coor. Historia de la educación pública en México. México: Secretaría de Educación Pública, Fondo de Cultura Económica, 1981.
Vázquez, Josefina Zoraida. Nacionalismo y educación en México. México: El Colegio de México, 1975.
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