domingo, 25 de octubre de 2015

Plutarco E. Calles y las Escuelas Normales Rurales

MÓDULO II EDUCACIÓN Y SOCIEDAD PLUTARCO ELÍAS CALLES y EL SURGIMIENTO DE LAS ESCUELAS NORMALES RURALES ASESOR: Maestro Jesús Flores MARIA DE LOURDES ROSALES HERNÁNDEZ 23/10/2015 La instrucción recibida en las Escuelas Normales Rurales favoreció que la educación rural que impartían los profesores normalistas, cobrara cada vez mayor importancia, al proporcionar éstos a la población rural, a través de la educación, los elementos necesarios y adecuados que les permitiera, en su propio medio y en sus actividades económicas locales, rebasar la pobreza económica, social y cultural que prevalecía en sus comunidades.   SURGIMIENTO DE LAS ESCUELAS NORMALES RURALES DURANTE EL GOBIERNO DE PLUTARCO ELÍAS CALLES INTRODUCCIÓN En una primera intención el gobierno de Calles crea las centrales agrícolas formando ahí a maestros rurales y a técnicos agrícolas que luego de terminar sus estudios se fueran a las comunidades rurales a enseñarles a leer y escribir y a mejorar las formas de trabajar la tierra, después de 1930 se vinculan como Regionales campesinas. Son escasos los estudios que existen sobre estas escuelas, donde se resalta los problemas políticos que generalmente han ocurrido entre los estudiantes y las autoridades educativas y estatales. “No hay nadie que ame a la tierra con más pasión que el campesino”, declaraba Rafael Ramírez, terminar con la rigidez de la estructura social porfirista e implementar los principios de justicia social delineados en la Constitución de 1917, era la nueva política educativa y social del grupo revolucionario en el poder mientras que se hacía del pueblo mexicano una sociedad moderna. Las normales rurales se originan con las escuelas normales regionales y las escuelas centrales agrícolas que se construyeron a principios de los años veinte. Plutarco Elías Calles nació el 25 de septiembre de 1877 en Guaymas, Sonora y falleció en octubre 19 de 1945 en el Distrito Federal. Abandonó su carrera de maestro para participar en 1914 en el levantamiento encabezado por Venustiano Carranza contra el presidente Victoriano Huerta, luchando a las órdenes de Álvaro Obregón. El triunfo le llegó en 1924, ocupando el cargo hasta 1928. Siendo un gran orador, su discurso más importante fue el dirigido al Congreso de la Unión, el 1 de septiembre de 1928. Las normales regionales debían formar maestros que en breve tiempo estuvieran capacitados para enseñar a leer y a escribir, e introducirían nuevas técnicas de agricultura. Las centrales agrícolas se formaron durante la administración de Plutarco Elías Calles como un proyecto que, con moderna maquinaria y una organización cooperativista, debía mejorar la producción del agro mexicano. A principios de los años treinta, las dos instituciones se fusionaron y recibieron el nombre de regionales campesinas. Las regionales tenían un plan de estudios de cuatro años y estaban destinadas a formar tanto a maestros rurales como a técnicos agrícolas. Los estudiantes serían de origen campesino y la estructura cooperativa haría posible una autosuficiencia que, se esperaba, complementaría las necesidades de las comunidades aledañas. En 1926, las regionales campesinas pasaron a ser normales rurales, y para 1931 ya existían 16. Tanto en su organización como en su pedagogía, las normales rurales reflejaban las ideas del nuevo orden revolucionario. El que algunas normales fueran establecidas en antiguas haciendas les otorgaba un aire de justicia poética. La imagen resulta sumamente significativa: las instituciones que durante el Porfiriato acaparaban las tierras de los campesinos y explotaban su mano de obra, ahora serían el lugar donde se formaría una nueva generación de maestros, hijos de campesinos. Simbólicamente, se revertía el antiguo orden social y la educación rural se establecía como una prioridad para el nuevo gobierno. Diseñadas explícitamente para hijos de campesinos, las normales rurales prometían una oportunidad de escapar de la pobreza que caracterizaba a la población del campo, a la vez que contribuirían al desarrollo rural creando maestros adiestrados en las más modernas técnicas agrícolas. Las normales rurales serían una de las únicas vías por las cuales los campesinos podrían ascender socialmente. Para el gobierno, estas instituciones proveerían los misioneros encargados de inculcar las nuevas prácticas de corte cívico –honores a la bandera, reverencia a los héroes nacionales y festejos patrios–, así como enseñar hábitos de higiene e inculcar nuevos modelos de organización doméstica, a la vez que terminaban con la superstición y el alcoholismo. Serían los mismos campesinos, insistían los arquitectos del nuevo sistema educativo, los más comprometidos apóstoles. Pero este esquema pronto dio lugar a varias contradicciones. Por un lado, la efervescencia del nuevo orden revolucionario creó un ambiente propicio para la experimentación con las más recientes teorías pedagógicas. La filosofía de John Dewey, por ejemplo, tuvo especial resonancia en México, donde Moisés Sáenz, que estudio con él en la Universidad de Columbia, se dedicó a propagar sus ideas. En 1923 la SEP decretó que todas las escuelas debían ser “escuelas de acción” conforme a la filosofía expuesta por Dewey, en la que el niño aprende haciendo. En ningún lugar parecía encajar mejor esta teoría que en la escuela rural, donde el mismo campo abierto sería el salón ideal, y la naturaleza proveería la base para construir una nueva realidad. El énfasis que ponía Dewey en la necesidad de integrar a la escuelas con la comunidad, era otro elemento natural de las escuelas rurales cuyos maestros serían no sólo educadores, sino líderes sociales. “Ningún sistema educativo en el mundo –observaría Dewey–, demuestra mejor el espíritu de íntima unión entre actividades escolares y aquellos de la comunidad”. Sin embargo, siendo la educación el instrumento mediante el cual el nuevo Estado se pretendía legitimar, dominaría la lógica oficial y los intereses que allí se consolidaban. A pesar de la celebración de la cultura indígena, el sistema educativo tenía varios elementos positivistas. “Debes tener mucho cuidado, a fin de que tus niños no solamente aprendan el idioma castellano, sino que adquieran también nuestras costumbres y formas de vida, que indudablemente son superiores a las suyas. Es necesario que sepas que los indios nos llaman ‘gente de razón’ no sólo porque hablamos la lengua castellana, sino porque vestimos y comemos de otro modo y llevamos una vida diversa a la suya”, declaraba Rafael Ramírez a los maestros rurales. No había duda, la misión educativa debía ser un proyecto civilizatorio. Como instituciones centrales a este proyecto, las Normales rurales vacilaban entre la tradición y la innovación. Sus estudiantes eran inculcados con una tarea misionera y la aparentemente infinita posibilidad de contribuir al bien social. Las normales rurales abrían todo un mundo a sus jóvenes estudiantes. Cuando José Ángel Aguirre, oriundo de Nueva Delicias, Chihuahua, a los 15 años llegó a la normal de Salaices, no conocía a nadie. “Ni siquiera sabía dónde quedaba Salaices”, relata. José había batallado no sólo para llegar a la Escuela Normal, sino para terminar la primaria en su pequeño pueblo. Su padre lo necesitaba para trabajar la milpa y en varias ocasiones el maestro tuvo que interceder para que se le mandara a la escuela. Esta era una dinámica común en el campo mexicano, por más que la escuela pudiera ser portadora de nuevas oportunidades, las exigencias de la vida campesina muchas veces hacían imposible su acceso. Estas exigencias tenían diversas encarnaciones. Gloria Juárez, de Rosario, Durango, tuvo también que batallar para asistir a la Normal, era la mayor de siete hermanos, en su pueblo no había secundaria. La única manera de estudiar era yéndose a una Normal rural. “Pero –recuerda– mi madre no quería que fuera, porque era la mayor, pero mi padre dijo: ‘déjala, al cabo no se va a quedar. Dicen que son muchas, muchas las que van, y poquísimas las que se quedan’ ”. Y Gloria se quedó, fue la única de las estudiantes de su pueblo que aprobó el examen. Los recuerdos que conservan los normalistas de la vida en la Normal revelan el impacto que tuvieron estas instituciones en el medio campesino. “Fue una bendición; difícilmente hubiera logrado yo ser maestra si no es por la Normal rural, pues en las Normales quedaba asegurada la alimentación, el estudio y el hospedaje. Teníamos todo lo que realmente necesita uno para hacer una carrera. Le estoy muy agradecida yo a la Normal, porque creo que de allí salimos aptas para enfrentarnos a cualquier adversidad”, relata Belén Cuevas, otra normalista de Saucillo. En las Normales rurales se les exigía a los estudiantes una estricta disciplina y había en los internados cierta sensación de sistema militar, lo cual contrastaba con los principios de democracia y autogobierno, que también fueron conceptos importantes en su fundación. La banda de guerra tocaba a las 5:30 de la mañana y cinco minutos después se tomaba lista en la explanada de la escuela. De allí los estudiantes tenían veinte minutos para hacer su cama y atender su aseo personal. La primera clase empezaba a las seis de la mañana y una hora después los estudiantes tenían que hacer la limpieza del patio, jardín o salón, según el área que correspondiera a cada grupo. Se desayunaba a las ocho y, como era el caso con todas las comidas, eran los estudiantes quienes se encargaban de servir y de lavar los trastes. A las nueve se volvía a clases, las cuales duraban hasta la una de la tarde, y después venía la hora de la comida. A las tres empezaba una diversidad de actividades que iban desde cultivar tierras, el cuidado de animales, talleres de carpintería, mecánica y hojalatería. Este era también el momento en el que los estudiantes podían hacer sus prácticas de danza, poesía o teatro, o ensayar obras para los viernes sociales, encuentros que organizaban cada semana. El deporte también se practicaba a esta hora; además, dentro del internado había comisiones de estudiantes encargados de hacer tortillas, pan e incluso ropa. Los normalistas tenían dos horas libres entre cinco y siete de la tarde y después cenaban y tenían una hora obligatoria de estudio. El toque de silencio se daba a las diez cuando se pasaba lista para asegurar que cada estudiante estuviera en cama. El que los estudiantes fueran partícipes tan activos en el funcionamiento y mantenimiento de la normal, los unía entrañablemente a estas instituciones, además de que reforzaba un fuerte compromiso con su preservación. Alma Gómez lo recuerda de la siguiente forma: “Nosotras fuimos formadas con la idea de que nuestra función era ir a trabajar a las comunidades rurales. Teníamos que aprender de todo: carpintería, soldadura, cuestiones agropecuarias, economía doméstica. Yo creo que el plan de estudios no era muy liberal, pero toda la ‘cultura’ que significaba la Normal nos daba esa educación” Convivían en ese pequeño universo jóvenes del medio citadino, del rural, de pueblos mineros, de grandes centros agrícolas como la región lagunera. Esta mezcla cultural sería [...] una de las primeras y más importantes fuentes de conocimientos acerca de costumbres y paradigmas que formarían [una] tolerancia ante lo diferente”. No debe sorprender, asimismo, que convivir con un grupo de 300 estudiantes día, tarde y noche, engendraba lazos muy fuertes entre los normalistas. Las Normales rurales tienen de requisito que sean hijos de campesinos o de maestros. Ese es un requisito para ingresar, todavía ahora. “Debido a que éramos relativamente muy chiquitas”. Y continúa: “había como un modo de que las alumnas de grados superiores nos adoptaban, nos enseñaban; unas porque eran paisanas, otras porque tenían hermanas allí. Y nos enseñaban. Sin saberlo, los estudiantes estaban siguiendo un modelo propuesto desde que se formaron las primeras Normales rurales: el del internado como familia, el propósito de crear “un ambiente de libertad en donde lo central fuese la convicción y no la utilización de métodos coercitivos para mantener el orden”. Desde este principio, la estructura del internado debía seguir el modelo de una familia, con el director ocupando la figura del padre, su mujer el de la madre, y los maestros el de los hermanos mayores que ayudarían a cuidar a los menores, o sea, los estudiantes que ingresaban a la escuela Normal. “En las Normales regionales, el énfasis se ponía no tanto en la obediencia y el orden, sino en la responsabilidad, en el interés y el trabajo colectivo y, en varios casos, en la libertad de los estudiantes y en la democracia”. A juzgar por la experiencia de los normalistas, lo que se mantuvo, quizás inevitablemente, fueron los lazos entre los alumnos mismos. Manuel Arias Delgado enfatiza: “Nuestros ídolos, eran los alumnos de los grados superiores, eran nuestros modelos a seguir. Yo no recuerdo con toda precisión los nombres de los maestros, pero recuerdo con toda precisión los nombres de mis compañeros modelos: el mejor orador, el mejor declamador, el mejor conversador, el mejor tribuno...” Este tipo de relaciones entre los estudiantes jóvenes y los más avanzados fue convirtiéndose en uno de los principales espacios de organización política. Entre las diversas organizaciones que existían en las Normales rurales, el Comité de Orientación Política e Ideológica, figuraba entre las más importantes. Era con esta orientación política que muchos estudiantes tomaban conciencia de lo significativo de sus orígenes y llegaban a cuestionar el sistema que avalaba su condición de explotación como campesinos escasos de riqueza. Esta toma de conciencia que partía de una experiencia propia era uno de los principales factores que impulsaba a que los estudiantes normalistas se involucraran en luchas sociales. Y esta lucha empezaba por defender a la Normal misma. CONCLUSIÓN La instrucción recibida en las Escuelas Normales Rurales favoreció que la educación rural que impartían los profesores normalistas, cobrara cada vez mayor importancia, al proporcionar a la población rural, a través de la educación, los elementos necesarios y adecuados que les permitiera, en su propio medio y en sus actividades económicas locales, rebasar la pobreza económica, social y cultural que prevalecía en sus comunidades. Así mismo, la toma de conciencia sobre los aconteceres sociales impulso a los jóvenes normalistas a involucrarse en luchas sociales intensas al punto de inmolarse y llegar hasta a perder la propia vida. (Ayotzinapa).

Cárdenas y la escuela socialista

LÁZARO CÁRDENAS y LA EDUCACIÓN SOCIALISTA EN MÉXICO (1934 -1940) MÓDULO II EDUCACIÓN Y SOCIEDAD ASESOR: JESÚS FLORES PARTICIPANTE: MARÍA DE LOURDES ROSALES HERNÁNDEZ 23 octubre 2015. INTRODUCCIÓN Consumada la Revolución Mexicana, el modelo cardenista trató de reconstruir el pensamiento nacional, que se desmoronó durante la guerra civil de principios de siglo, y desde la escuela socialista pretendió elevar las condiciones de vida de los trabajadores y aumentar el bienestar del pueblo. Es el primer Presidente de la República que lucha por los indígenas para otorgarles educación. (Lázaro Cárdenas del Río; Jiquilpan, 1891 - Ciudad de México, 1970) Militar y político mexicano que fue recordado y querido como uno de los mayores estadistas mexicanos de todos los tiempos, Cárdenas hizo más que cualquier otro presidente para consolidar la Revolución mexicana y llevar a la práctica sus ideales de justicia e igualdad. No se le conoce como un trasgresor del orden. Representa la legitimidad del Estado, desde donde enfrentó a los enemigos del pueblo. Conjunta la fuerza de la Revolución con la legitimidad del poder. Eso lo hace ser un héroe popular y oficial hasta 1988. A partir de la ruptura de su hijo Cuauhtémoc con el sistema en 1987 empieza a ser reivindicado como una figura de la oposición, mientras que el poder parece abandonarlo. Es una figura ambivalente: para el Estado representa el orden establecido y para la oposición es el símbolo de los ideales traicionados por el sistema. Firme defensor de una política modernizadora y democrática, Lázaro Cárdenas fomentó la educación a todos los niveles, estimuló la formación de organizaciones sindicales, renovó la administración pública e impulsó, como nadie lo había hecho antes, la reforma agraria. Sus convicciones nacionalistas lo llevaron a nacionalizar los ferrocarriles en 1937 y, al año siguiente, la industria petrolera, que estaba en manos de compañías británicas y estadounidenses. Su posicionamiento en favor de obreros y campesinos frente a los intereses de los poderosos y la defensa de los recursos naturales frente a las injerencias de las compañías extranjeras le proporcionaron un prestigio y una aureola de honestidad que conservaría tras abandonar la presidencia. Procedente de una familia indígena muy modesta, Lázaro Cárdenas del Río recibió apenas una educación elemental. En 1914 se unió a la Revolución mexicana, saltó a la política bajo la protección de otro militar revolucionario, Plutarco Elías Calles, en 1928 logra ser gobernador de Michoacán. En 1934 ganó las elecciones presidenciales, siempre bajo la protección de Calles, que seguía ejerciendo gran influencia en la vida política mexicana; pero, una vez en el poder, Lázaro Cárdenas se emancipó de su tutela y adoptó una línea política propia, más inclinada hacia la izquierda. Creó el Partido Revolucionario Mexicano (antecedente del posterior PRI) integrado por reformistas y progresistas: comunistas y socialistas, liberales radicales, la Confederación de Trabajadores Mexicanos y la Confederación Nacional de Campesinos. En la Segunda Convención Ordinaria del PNR, reunidos en Querétaro en diciembre de 1993, se propuso darle a la educación un enfoque más radical, proponiéndose sustituir la educación laica por la socialista. Bajo el lema «México para los mexicanos», Cárdenas llevó adelante una política de nacionalizaciones, especialmente trascendente por lo que respecta al petróleo; ello le enfrentó con Estados Unidos y le obligó a buscar compradores en Alemania. A parte del problema ideológico, la educación se extendió por el país y llegó a sectores y a amplias áreas rurales que nunca había alcanzado: en seis años se duplicó el número de escuelas. Características de la Escuela Socialista: emancipadora, única, obligatoria, gratuita, científica o racionalista, técnica, socialmente útil, des fanatizadora e integral. Ignacio García Téllez, primer secretario de educación cardenista, afirmaba que la escuela socialista se encauzaría hacia las clases campesinas y obreras pues aspiraba a formar obreros calificados a fin de que las masas proletarias participaran en el aprovechamiento de las riquezas que por derecho les correspondían. La pedagogía del socialismo en México fue recibida con agrado por muchos, empezó con la alfabetización en el proletariado; brindándoles mayores servicios a los hijos de trabajadores y campesinos, las famosas Misiones Culturales seguirían estando en pie, ahora con una mayor determinación de llevar la educación a pueblos campesinos y comunidades indígenas. Se buscaba desarrollar una responsabilidad moral en el maestro rural, permitiéndole fomentar la educación y la integración del país en los niños campesinos. Mostrando que los campesinos merecían mejores condiciones, se capacitaron maestros para impartir clases en las zonas rurales. Por primera vez se obliga a las escuelas particulares a seguir los programas oficiales; con esta nueva orientación se impulsó la educación en todos los niveles, en educación primaria se crearon internados comunales, se vincularon con los centros de producción, alentando a la educación técnica y creando escuelas regionales campesinas para formar maestros rurales. En las escuelas socialistas los alumnos serían educados con base a lo que dictan las ciencias, tanto en el campo de lo natural como en lo social, las explicaciones dentro y fuera de las aulas estarían ajenas a ideas religiosas, con esto se daría continuidad a la lucha del Estado por secularizar el poder. Las herramientas ejemplares utilizadas en ésta nueva dinámica fueron los libros de texto, los que contenían en sus capítulos mensajes e información alusiva a la doctrina marxista. Otro tipo de aprendizajes como la música y las artes van a enfocarse en tal fundamento cotidianamente. Los libros de Texto dejaron de centrarse en la clase media urbana para retratar la vida de las familias campesinas y de la clase trabajadora. La música y las artes plásticas captaban una historia popular de lucha y reflejaban la cultura de la vida cotidiana. Los corridos que relataban el heroísmo de Zapata y los dramas de los obreros en huelga se difundieron entre los maestros y se hicieron presentes en los festivales patrióticos, al igual que numerosas danzas indígenas y folclóricas. El mecanismo utilizado en el cardenismo, retomó la promoción de sentimientos socialistas como la fraternidad, el patriotismo, el amor, el optimismo y la igualdad. Mismos que se hicieron presente tanto en la sociedad como en la educación. Por otro lado las materias de historia y valores reunieron numerosos temas afines a la estabilidad social, la economía; sin olvidar la incorporación de las clases populares al pasado mexicano. Se establece el Instituto de Orientación Social para informar y orientar en una sola dirección la labor educativa en todo el país, cuyas tares serían: difundir y dar orientación socialista entre el magisterio, la juventud y el proletariado, se establecen centros culturales en todo México, liquidación del analfabetismo aprovechando las capacidades de profesores y alumnos. El programa de la escuela primaria socialista contemplaba: información científica fundamental, trabajo manual y experiencias de los alumnos sobre ideas que diferencien la conducta de una sociedad socialista. La educación socialista era obligatoria para la primaria, la secundaria y la normal, la educación superior se excluyó de este ordenamiento. CONCLUSIÓN Históricamente la educación ha sido objeto de discusión en cuanto a la orientación que debe tomar, por tanto valdría la pena preguntarse si los objetivos de la educación socialista en México se lograron y qué impacto encontramos en la actualidad? Se ha buscado que la educación sea el medio para aliviar los problemas sociales, sobre todo de los grupos más desprotegidos, que sea la base de toda sociedad, por lo que considero que en su tiempo sí se lograron los objetivos de la escuela socialista y el impacto actual tiene que ver la generación formada en el decenio socialista de 1935 – 1945, puede ser testigo de que la práctica de la escuela socialista, independientemente de la crítica que se realice de ella, no fue nociva para su salud moral y, sí fecunda para su bienestar y el progreso nacional. Este sexenio fue un periodo de estabilidad política que legó a la posteridad avances significativos en materia de economía, educación y obras públicas. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS • CAMACHO, Sandoval, Salvador. Los maestros rurales en la educación socialista. Testimonios en Historia Mexicana del Colegio de México. México, abril-junio, 1987. • CASTILLO, Isidro. México: sus revoluciones sociales y la educación. UPN : EDDISA, México, 2002. • SOLANA, Fernando. et al. Historia de la Educación Pública en México. SEP-FCE, México, 1981. • © Revista Vinculando, 2003 – 2015. Mazatlán #73, Colonia Condesa; C.P. 06140, Ciudad de México, D.F.; México • Los intelectuales pedagogos y la construcción sociocultural del problema campesino en México, 1932-1934. México. Colegio de México, 1999. pp. 38-39. • Cfr. FRANCISCO, Larroyo, Op cit., Ernesto Meneses, Tendencias…1934-64, Op cit., y Fernando Solana et al., Op. Cit.

EL MAXIMATO

2015 MODULO DE EDUCACIÓN Y SOCIEDAD II. MAESTRANTE: MARÍA DE LOURDES ROSALES HERNÁNDEZ. EL MAXIMATO   INTRODUCCIÓN A través del tiempo se observa que quienes acceden a espacios de poder político tienen posibilidades de incidir en el cambio que la sociedad requiere, sin embargo, dichos cambios serán vistos desde distintas ópticas generadas por intereses de diversa índole como: interés de grupo, personal, político, económico y otros más. El Maximato refleja un tiempo político en el que permea la debilidad de unos cuantos como jefes máximos del país ante un personaje manipulador y que su menor interés era superar las condiciones de pobreza económica y cultural de un pueblo herido, maltrecho por la revolución y necesitado de educación para acceder al progreso. El Maximato fue un periodo histórico y político de México que abarcó desde 1928, con el gobierno de Emilio Portes Gil como presidente interino del país, hasta 1934, con el inicio del gobierno de Lázaro Cárdenas. Este periodo se caracterizó por la influencia de Plutarco Elías Calles en la política mexicana, de cuyo apodo de "Jefe Máximo de la revolución" deriva el nombre de este periodo. Durante el Maximato, tres personas fueron presidentes de México: Emilio Portes Gil, que gobernó como presidente interino tras el asesinato de Álvaro Obregón; Pascual Ortiz Rubio, que fue presidente tras las elecciones convocadas por Portes Gil, y Abelardo L. Rodríguez, quien fue presidente interino tras la renuncia de Ortiz Rubio. Y QUIEN FUE ÁLVARO OBREGÓN? Desde 1927 se había planteado la próxima sucesión presidencial y los grupos que seguían a Obregón pensaron en reelegir a su líder y para lograrlo promovieron que el Congreso derogara la prohibición constitucional para reelegirse. Pero, además de la candidatura de Obregón, surgieron del equipo de militares revolucionarios dos contrincantes más, los generales Arnulfo R. Gómez y Francisco F. Serrano, sus partidos pensaron en unificarlos para presentar un frente poderoso y compacto al obregonismo, que contaba con el apoyo oficial los militares pensaron que resultaba difícil enfrentarse al gobierno a través de medios democráticos y que solo una revuelta contra calles y Obregón podía asegurarles un cambio. Gómez y Serrano fraguaron una conjura para aprehender a Calles y a Obregón durante unas maniobras militares nocturnas pero la conjura fue descubierta ni Calles ni Obregón asistieron pero si dieron ordenes de aprehenderlos y fusilar a Gómez y Serrano. De este modo se evitó una nueva rebelión y Obregón aseguró su reelección. Efectuadas las elecciones triunfa Álvaro Obregón quien en noviembre sufre un atentado efectuado por un grupo de radicales católicos al asistir a un banquete en el restaurant la bombilla en San Ángel y allí fue muerto a tiros por José de León Toral. El presidente Calles sin ningún contrincante fuerte, al leer su último informe ante el congreso, esbozo la idea de que desaparecidos los caudillos, el país debería regirse no por los hombres sino por las instituciones para que estas estabilizaran el país. Emilio Portes Gil 46° presidente de México: Emilio Portes Gil 1890 - 1978 Fecha de gobierno: Del 01 de diciembre de 1928 al 05 de febrero de 1930. Partido Político: Partido Nacional Revolucionario Su nombre completo fue Emilio Cándido Portes Gil. Fue abogado y político mexicano que pasó a formar parte de la historia de México porque fue presidente de la República Mexicana por un corto periodo. Su familia pasó por graves problemas económicos y su madre trató de sacar a su familia adelante trabajando hasta noche como costurera y otros oficios. Estudió la primaria en su ciudad natal y la secundaria la cursó en la Escuela Normal de Ciudad Victoria. Con forme fue creciendo se interesó por las cuestiones legales y leyes, debido a eso se fue a la Ciudad de México y en 1912 ingresó a la Escuela Libre de Derecho de la cual egresó en 1915. En cuanto a su vida política ocupó diversos cargos hasta llegar a ser diputado federal. En el año de 1920 cuando fungía como gobernador provisional del estado de Tamaulipas se afilió a la famosa Revolución de Agua Prieta la cual inició con un plan que tenía el mismo nombre y se promulgó el 23 de abril de 1920 en la ciudad de Agua Prieta, en el estado de Sonora en contra del gobierno de Carranza. Es importante saber que el plan fue redactado por Álvaro Obregón y apoyado por Joaquín Amaro y Plutarco Elías Calles, así como por Emilio Portes Gil y otros liberales. Fundó el Partico Social Fronterizo (PSF). Un año más tarde fue nombrado gobernador constitucional del estado de Tamaulipas en el periodo del 05 de febrero de 1925 al 04 de junio de 1928. Promovió la organización de los obreros y campesinos para que éstos tuvieran mejores salarios, así como más apoyo y oportunidades. Emilio fue una persona que tuvo mucha influencia en la política y los gobiernos en 1928. Sus ascensos no se hicieron esperar y el 28 de agosto de 1928 fue nombrado Secretario de Gobernación. Cuatro meses más tarde el Congreso lo designó presidente interino de la República Mexicana y tomó posesión el 01 de diciembre de 1928. Emilio Portes Gil continúo lo que había hecho Plutarco Elías Calles y favoreció el reparto de más tierra a otros campesinos y fortaleció las organizaciones campesinas. Sin embargo, Emilio tuvo problemas debido a que Luis N. Morones estaba interesado en obtener el puesto de la presidencia del país desde que Calles era el presidente, éste último se enfrentó a Emilio y entre ellos se dio una lucha política. Emilio reanudó las negociaciones entre el clero y su gobierno para tratar de buscar una solución al problema religioso. Por otro lado se dieron varios enfrentamientos armadas en los estados de Sonora, Veracruz, Nuevo León, Chihuahua y Durango. Dichos movimientos se dieron porque a pesar de que Calles ya no era el presidente de México continuaba teniendo poder sobre otros políticos y personas. Por lo que el 03 de marzo algunos políticos emitieron el Plan de Hermosillo en contra de Calles en donde invitaron al pueblo a levantase en armas contra Calles y señalaban que desconocían a Emilio Portes Gil como presidente. La rebelión fue dirigida por José Gonzalo Escobar y tuvo el apoyo de muchos cristeros (fueron personas que tenían una cruz en su pecho y al momento de luchar gritaban “Viva Cristo Rey”. Es preciso saber que Calles estaba alejado de la vida pública pero Portes Gil lo invitó a formar parte de su gabinete con el cargo de Secretario de Guerra, por lo cual Calles estuvo al frente del ejército que luchó en la rebelión antes mencionada de la cual resultaron victoriosos y con eso muchos políticos y militares corroboraron la supremacía de Calles. Cuando se llegaron las nuevas elecciones el Partido Nacional Antirreleccionista propuso y apoyó a José Vasconcelos, quien fungió como secretario de educación. Éste basó su campaña denunciando la corrupción y defendiendo una política menos anticlerical porque decía que las cuestiones de la iglesia y la región eran exclusivamente de cada persona. Por otro lado se encontraba Pascual Ortiz Rubio quien era candidato a la presidencia por el Partido Nacional Revolucionario y se dice que antes de las elecciones tuvo una conversación con Plutarco Elías Calles para seleccionar a las personas que formaría el gabinete de éste una vez que obtuviera la presidencia de México, entre los cuales figuraron personas allegadas a Calles y así fue como una vez más se podía ver el fuerza e influencia política que Plutarco Elías Calles tenía en muchos políticos y otras personas. Es importante saber que el conflicto entre el gobierno y la iglesia se resolvió el 22 de junio de 1929 debido a que el primero permitió que la iglesia continuara ejerciendo su derecho espiritual sobre la población sólo siempre y cuando se mantuviera al margen de las cuestiones políticas del país. Por lo que el 27 de junio de 1929 se ofició la primera misa Partido Nacional Revolucionario (1928-1938) En 1928 el presidente Plutarco Elías Calles propuso la creación del Partido Nacional Revolucionario (PNR), mismo que se fundó en marzo del año siguiente. El 22 de noviembre un pequeño grupo de políticos afines a Plutarco Elías Calles se reunieron en la casa de Luis L. León, en Londres 156 de la Ciudad de México, para iniciar los trabajos de organización del PNR. Algunos políticos del grupo fueron: Gonzalo N. Santos, Emilio Portes Gil, José Manuel Puig Casauranc, Manuel Pérez Treviño, Manlio Fabio Altamirano, David Orozco y Aarón Sáenz. Fungiendo como primer presidente del comité directivo Plutarco Elias Calles, Luis L. León como secretario general y el general Manuel Pérez Treviño como tesorero. El Partido Nacional Revolucionario (PNR) surgió en 1929 como un partido de corrientes, de fuerzas políticas distintas pero afines, provenientes del movimiento de 1910. Concebido como un partido de masas y con la intención auto declarada de tutelar en los derechos de los trabajadores, promovió un creciente ascenso en la participación política por medio de movilizaciones populares reclamaba una mayor participación en los asuntos del Estado y la más equitativa distribución de la riqueza, de inicio un carácter netamente socialista al partido en contra de los elementos de centro derecha y extrema derecha que estaban proliferando en el país a raíz de los movimientos fascistas en Europa, en 1936 se creó como aglutinante del movimiento obrero la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y, dos años después, para el ala ejidal, la Confederación Nacional Campesina (CNC). Más adelante, en 1943, se constituiría la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) que incluiría a los demás grupos que no era posible encuadrar en los otros organismos. Partido de la Revolución Mexicana (1938-1946) Nueve años después, en 1938, luego de la ruptura entre el general Plutarco Elias Calles y el entonces presidente Lázaro Cárdenas, en la cual participaron varios miembros distinguidos del partido, como el ex presidente Emilio Portes Gil, se realizó un cambio en las directivas del partido a nivel nacional, y en sus filas se incluyó a varias centrales obreras del país que hasta entonces estaban oficialmente fuera del partido y se cambió el nombre de la institución por el de Partido de la Revolución Mexicana (PRM). Surge el sistema de partidos en México, ya que la presencia absoluta que mantenía en el escenario político nacional se ve cortada a partir de 1939, con la entrada de partidos políticos, que en su mayoría se formaban temporalmente bajo el auspicio y con la finalidad de lanzar la candidatura de alguna persona a la presidencia de la República. Pascual Ortiz Rubio 1877 - 1963 47° presidente de México: Pascual Ortiz Rubio Fecha de gobierno: Del 05 de febrero de 1930 al 04 de septiembre de 1932. Pascual forma parte de la historia de México porque además de haber sido historiador y geógrafo, fue presidente de la República Mexicana por un corto periodo. Estudió en el colegio de San Nicolás de Hidalgo hasta la preparatoria, Después estudió ingeniería en la Universidad de San Nicolás, lo que actualmente se conoce como la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, lugar de donde lo expulsaron porque se dice que hacía actividades anti reeleccionistas. Posteriormente estudió en la Escuela Nacional de Minería, de donde egresó como ingeniero topógrafo en 1902. Cuando Victoriano Huerta se apoderó del gobierno, Pascual se unió al movimiento revolucionario teniendo las órdenes de Venustiano Carranza. En 1910 se unió al movimiento maderista junto con Joaquín Mass y Rafael M. Pedrajo. Después se unió al constitucionalismo y se le otorgó el grado de Coronel. Viajó a los Estados Unidos para hacerse cargo de la impresión de papel moneda, el cual fue un tipo de documento al portador con valor que es emitido por una institución bancaria que es destinado a circular como medio legal de pago. En 1917 fue electo gobernador del estado de Michoacán, cargo que ocupó hasta el año de 1920 cuando se afilió al Plan de Agua Prieta de encabezado por Plutarco Elías Calles y fue un documento redactado por Álvaro Obregón y mucho liberales lo apoyaron porque estaban en contra de Carranza su gobierno. Se proclamó el 23 de abril de 1920 en la ciudad de Agua Prieta, Sonora. Unos años más tarde, en 1920 Álvaro Obregón lo nombró Secretario de Comunicaciones y Obras Públicas, cargo al que poco tiempo después renunció por problemas con el gabinete de Obregón. Después Pascual se fue a Egipto, donde estudió los sistemas de riego que los ingleses habían llevado a dicho país, es por eso que estuvo ahí durante 6 meses. Más tarde se fue a Alemania y estando allá, Obregón le concedió en 1925 la embajada de México en Berlín., puesto que después lo ayudaría a ocupar el puesto de la presidencia. Pascual se lanzó como uno de los candidatos en 1929 y se efectuaron las elecciones para la silla presidencial de México el 17 de noviembre de 1929 organizadas por el presidente interino Emilio Portes Gil, después del asesinato de quien debió haber sido presidente por segunda ocasión, Álvaro Obregón. Es importante saber que Pascual compitió con Aarón Sáenz, candidato obregonista y José Vasconcelos Calderón, quien era el candidato del Partido Nacional Antirreleccionista (PNA). Pascual ganó las elecciones, sin embargo se dice que su triunfo fue el mayor fraude de la historia porque se dice que hubo muchas irregularidades en cuanto a la veracidad de los resultados. Tras un triunfo muy dudoso Pascual Ortiz Rubio tomó el poder el 05 de febrero de 1930 y del cual renunció el 04 de septiembre de 1932. Abelardo L. Rodríguez 48° presidente de México: Abelardo L. Rodríguez Fecha de gobierno: Del 02 de septiembre de 1932 al 30 de noviembre de 1934. Lugar y fecha de fallecimiento: 13 de febrero de 1867 en La Jolla, San Diego, California, Estados Unidos. Su nombre completo fue Abelardo Luján Rodríguez. Fue militar y político mexicano que ocupó la silla presidencial de la República Mexicana durante dos años. Abelardo provenía de una familia humilde, cuando nació se fueron a vivir a Nogales y en dicho lugar estudió la primaria. A muy temprana edad sus padres fallecieron y tuvo que trabajar para salir adelante. En 1906, cuando tenía 17 años de edad se fue a los Estados Unidos y ahí vivió siete años. En 1913 regresó a Guaymas y se enteró de que en la Revolución mexicana comandada por Francisco I. Madero, había derrocado al dictador Porfirio Díaz. Luchó en dicha revolución a partir del 01 de marzo de 1913 con Rafael M. Pedrajo. Posteriormente ese mismo formó parte del ejército constitucionalista comandado por Álvaro Obregón luchando contra los zapatistas y los villistas. Participó en diferentes batallas y enfrentamientos como la toma de Culiacán, la campaña del Bajío, la supresión de Sonora y otras. Después participó en la campaña del general Benjamín Hill en 1916 en la Ciudad de México y ascendió a Coronel. En 1920 colaboró en el Plan de Agua Prieta, el cual fue un documento redactado por Álvaro Obregón y apoyado por liberales; se proclamó el 23 de abril de 1920 en la ciudad de Agua Prieta, estado de Sonora. En 1921 lo designaron jefe militar de Baja California. Abelardo pacificó a los indios yaquis y formó parte del ejército constitucionalista hasta el año de 1923. Durante su administración promulgó la Reforma Agraria a la Constitución, la cual evitaba la reelección inmediata de todos los cargos de elección popular del país. Es importante saber que dicha reforma se estableció hasta el 29 de abril de 1933. También realizó lo siguiente: – Reformó la Ley del Patrimonio Ejidal. – Estableció la Ley de Beneficencia Privada y con eso estableció los organismos privados de altruismo, los cuales fueron regulados por la Secretaría de Gobernación y más tarde (hasta el 2004) pasó a formar parte de la Secretaría de la Función Pública. – Envió al Congreso de la Unión la Ley Orgánica de la Universidad Nacional Autónoma de México. – El control total de cambios le fue otorgado al Banco de México por decreto del 02 de mayo de 1933. – Es fundamental saber que Plutarco Elías Calles en junio de 1933 expresó a Abelardo L. Rodríguez la conveniencia de elaborar un programa de acción para aplicarse en el siguiente periodo presidencial. Y efectivamente el “Plan Sexenal” se convirtió en un programa de transformación. – El 05 de enero de 1934 estableció el salario mínimo. La historia señala que Abelardo siempre estuvo influenciado por Plutarco Elías Calles, quien le exigió que sujetara al clero haciendo cumplir la ley de cultos. Se dice que la política de Abelardo fue contradictoria debido a que reformó el artículo 3° de la Constitución mexicana el 10 de octubre de 1934 e implantó una educación socialista, pero también condenó el movimiento obrero, de inspiración comunista acusándolo de adoptar ideas exóticas. Es preciso saber que el 29 de septiembre de 1934 Abelardo L. Rodríguez inauguró el Palacio de Bellas Artes en el centro histórico de la Ciudad de México. Su administración finalizó el 30 de noviembre de 1934 y su sucesor fue Lázaro Cárdenas. Cuando Abelardo dejó la silla presidencial se retiró definitivamente de la vida política y lo volvieron a ver hasta 1941 cuando México fracasó en la Segunda Guerra Mundial y el que era en esa época el presidente (Manuel Ávila Camacho) pidió a todos los ex presidentes del país que estuvieran vivos a realizar una marcha de unidad nacional en la Palacio Nacional. CONCLUSIÓN La frase de “ yo soy el presidente, pero el que manda es el de enfrente” es clara y evidente ante la constante intervención de Plutarco E. Calles en las decisiones que en su momento tomaban los Presidentes de la República en turno, en el periodo de 1928 hasta 1934, fueron tiempos de inestabilidad política que afectaron la restauración del país en los ámbitos económicos, sociales y culturales.

sábado, 24 de octubre de 2015

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LÁZARO CÁRDENAS
 y LA EDUCACIÓN SOCIALISTA EN MÉXICO
(1934 -1940)

MÓDULO II
EDUCACIÓN Y SOCIEDAD
ASESOR:
JESÚS FLORES
PARTICIPANTE:
MARÍA DE LOURDES ROSALES HERNÁNDEZ

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INTRODUCCIÓN
Consumada la Revolución Mexicana,  el modelo cardenista trató de reconstruir el pensamiento nacional, que se desmoronó durante la guerra civil de principios de siglo, y desde la escuela socialista pretendió elevar las condiciones de vida de los trabajadores y aumentar el bienestar del pueblo. Es el primer Presidente de la República que lucha por los indígenas para otorgarles educación.
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(Lázaro Cárdenas del Río; Jiquilpan, 1891 - Ciudad de México, 1970) Militar y político mexicano que fue recordado y querido como uno de los mayores estadistas mexicanos de todos los tiempos, Cárdenas hizo más que cualquier otro presidente para consolidar la Revolución mexicana y llevar a la práctica sus ideales de justicia e igualdad. No se le conoce como un trasgresor del orden. Representa la legitimidad del Estado, desde donde enfrentó a los enemigos del pueblo.
 Conjunta la fuerza de la Revolución con la legitimidad del poder. Eso lo hace ser un héroe popular y oficial hasta 1988. A partir de la ruptura de su hijo Cuauhtémoc con el sistema en 1987 empieza a ser reivindicado como una figura de la oposición, mientras que el poder parece abandonarlo. Es una figura ambivalente: para el Estado representa el orden establecido y para la oposición es el símbolo de los ideales traicionados por el sistema.
Firme defensor de una política modernizadora y democrática, Lázaro Cárdenas fomentó la educación a todos los niveles, estimuló la formación de organizaciones sindicales, renovó la administración pública e impulsó, como nadie lo había hecho antes, la reforma agraria. Sus convicciones nacionalistas lo llevaron a nacionalizar los ferrocarriles en 1937 y, al año siguiente, la industria petrolera, que estaba en manos de compañías británicas y estadounidenses.
Su posicionamiento en favor de obreros y campesinos frente a los intereses de los poderosos y la defensa de los recursos naturales frente a las injerencias de las compañías extranjeras le proporcionaron un prestigio y una aureola de honestidad que conservaría tras abandonar la presidencia.
Procedente de una familia indígena muy modesta, Lázaro Cárdenas del Río recibió apenas una educación elemental. En 1914 se unió a la Revolución mexicana,  saltó a la política bajo la protección de otro militar revolucionario, Plutarco Elías Calles, en 1928 logra ser gobernador de Michoacán.
En 1934 ganó las elecciones presidenciales, siempre bajo la protección de Calles, que seguía ejerciendo gran influencia en la vida política mexicana; pero, una vez en el poder, Lázaro Cárdenas se emancipó de su tutela y adoptó una línea política propia, más inclinada hacia la izquierda. Creó el Partido Revolucionario Mexicano (antecedente del posterior PRI) integrado por reformistas y progresistas: comunistas y socialistas, liberales radicales, la Confederación de Trabajadores Mexicanos y la Confederación Nacional de Campesinos.
En la Segunda Convención Ordinaria del PNR, reunidos en Querétaro en diciembre de 1993,  se propuso darle a la educación un enfoque más radical, proponiéndose sustituir la educación laica por la socialista. Bajo el lema «México para los mexicanos», Cárdenas llevó adelante una política de nacionalizaciones, especialmente trascendente por lo que respecta al petróleo; ello le enfrentó con Estados Unidos y le obligó a buscar compradores en Alemania. 
A parte del problema ideológico, la educación se extendió por el país y llegó a sectores y a amplias áreas rurales que nunca había alcanzado: en seis años se duplicó el número de escuelas.   Características de la Escuela Socialista: emancipadora, única, obligatoria, gratuita, científica o racionalista, técnica, socialmente útil, des fanatizadora e integral.
Ignacio García Téllez,  primer secretario de educación cardenista,   afirmaba que la escuela socialista se encauzaría hacia las clases campesinas y obreras pues aspiraba a formar obreros calificados a fin de que  las masas proletarias participaran en el aprovechamiento de las riquezas que por derecho les correspondían.
La pedagogía del socialismo en México fue recibida con agrado por muchos, empezó con la alfabetización en el proletariado; brindándoles mayores servicios a los hijos de trabajadores y campesinos, las famosas Misiones Culturales seguirían estando en pie, ahora con una mayor determinación de llevar la educación a pueblos campesinos y comunidades indígenas.
Se buscaba desarrollar una responsabilidad moral en el maestro rural, permitiéndole fomentar la educación y la integración del país en los niños campesinos.  Mostrando que los campesinos merecían mejores condiciones,  se capacitaron maestros para impartir clases en las zonas rurales.

Por primera vez se obliga a las escuelas particulares a seguir los programas oficiales; con esta nueva orientación se impulsó la educación en todos los niveles, en educación primaria se crearon internados comunales, se vincularon con los centros  de producción, alentando a la educación técnica y creando escuelas regionales campesinas para formar maestros rurales.  
En las escuelas socialistas los alumnos serían educados con base a lo que dictan las ciencias, tanto en el campo de lo natural como en lo social, las explicaciones dentro y fuera de las aulas estarían ajenas a ideas religiosas, con esto se daría continuidad a la lucha del Estado por secularizar el poder.
Las herramientas ejemplares utilizadas en ésta nueva dinámica fueron los libros de texto, los que contenían en sus capítulos mensajes e información alusiva a la doctrina marxista. Otro tipo de aprendizajes como la música y las artes van a enfocarse en tal fundamento cotidianamente. Los libros de Texto dejaron de centrarse en la clase media urbana para retratar la vida de las familias campesinas y de la clase trabajadora.
La música y las artes plásticas captaban una historia popular de lucha y reflejaban la cultura de la vida cotidiana. Los corridos que relataban el heroísmo de Zapata y los dramas de los obreros en huelga se difundieron entre los maestros y se hicieron presentes en los festivales patrióticos, al igual que numerosas danzas indígenas y folclóricas.
El mecanismo utilizado en el cardenismo, retomó la promoción de sentimientos socialistas como la fraternidad, el patriotismo, el amor, el optimismo y la igualdad. Mismos que se hicieron presente tanto en la sociedad como en la educación. Por otro lado las materias de historia y valores reunieron numerosos temas afines a la estabilidad social, la economía; sin olvidar la incorporación de las clases populares al pasado mexicano.
Se establece el Instituto de Orientación Social para informar y orientar en una sola dirección la labor educativa en todo el país, cuyas tares serían: difundir y dar orientación socialista entre el magisterio, la juventud y el proletariado, se establecen centros culturales en todo México, liquidación del analfabetismo aprovechando las capacidades de profesores y alumnos.
El programa de la escuela primaria socialista contemplaba: información científica fundamental, trabajo manual y experiencias de los alumnos sobre ideas que diferencien la conducta de una sociedad socialista.
La educación socialista era obligatoria para la primaria, la secundaria y la normal, la educación superior se excluyó de este ordenamiento.   

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CONCLUSIÓN
Históricamente la educación ha sido objeto de discusión en cuanto a la orientación que debe tomar, por tanto valdría la pena preguntarse si los objetivos de la educación socialista en México se lograron y qué impacto encontramos en la actualidad?
Se ha  buscado que la educación sea  el medio para aliviar los problemas sociales, sobre todo de los grupos más desprotegidos, que sea la base de toda sociedad,  por lo que considero que en su tiempo sí se lograron los objetivos de la escuela socialista y el impacto actual tiene que ver la generación formada en el decenio socialista de 1935 – 1945, puede ser    testigo de que la práctica de la escuela socialista, independientemente de la crítica que se realice  de ella, no fue nociva para su salud moral y, sí fecunda para su bienestar y el progreso nacional.
El sexenio de Cárdenas, en resumen, fue un periodo de estabilidad política que legó a la posteridad avances significativos en materia de economía, educación y obras públicas. Cárdenas dejó la presidencia en 1940, pero no la vida política.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
·         CAMACHO, Sandoval, Salvador. Los maestros rurales en la educación socialista. Testimonios en Historia Mexicana del Colegio de México. México, abril-junio, 1987.
·         CASTILLO, Isidro. México: sus revoluciones sociales y la educación. UPN : EDDISA, México, 2002.
  • SOLANA, Fernando. et al. Historia de la Educación Pública en México. SEP-FCE, México, 1981.
·         © Revista Vinculando, 2003 – 2015. Mazatlán #73, Colonia Condesa; C.P. 06140, Ciudad de México, D.F.; México
·         Cfr., Francisco Larroyo, Op. cit., Ernesto Meneses, Tendencias... 1934-64, Op. cit., y Fernando Solana et al., Op. cit.   
·         Los intelectuales pedagogos y la construcción sociocultural del problema campesino en México, 1932-1934. México. Colegio de México, 1999. pp. 38-39.